Mari Paz Díaz. A veces podemos tener la sensación de que son pocos los hechos que nos quedan por descubrir, que está todo inventado. Sin embargo, cuando se trata de la Historia o la Prehistoria, esta afirmación es totalmente errónea. Porque son muchas las investigaciones que vienen a cambiar las cuestiones que considerábamos como una verdad irrefutable, temas que dábamos por sabidos y aceptados.
Así está sucediendo, por ejemplo, con el periodo de los neandertales, una etapa sobre la que recientemente se están realizando importantes revelaciones a nivel mundial, gracias al trabajo desarrollado por diversas universidades españolas y extranjeras. Un equipo de científicos que cuenta con la participación activa del profesor de la Onubense Joaquín Rodríguez-Vidal. Estos trabajos se están llevando a cabo en Gibraltar, Atapuerca y Priego de Córdoba. En concreto, hablamos de cuatro destacados yacimientos de la prehistoria peninsular, como son Gran Dolina (Atapuerca), Gorham’s y Vanguard (Gibraltar) y El Pirulejo (Priego de Córdoba).
Unas excavaciones que, entre otros descubrimientos, han permitido demostrar la existencia de contaminación prehistórica por metales pesados en el ambiente de cuevas arqueológicas, siendo la evidencia más antigua documentada de la contaminación generada por humanos con implicaciones negativas para los habitantes de las cuevas. Un hito que, incluso, podría dilucidar la causa de la extinción definitiva de los neandertales en el sur de la Península Ibérica.

El profesor de la Onubense Joaquín Rodríguez-Vidal participa en esta investigación de carácter internacional.
Estas investigaciones han permitido a este profesor de la Onubense, ceutí, de familia andaluza y que se considera ciudadano del mundo, situar a la Universidad de Huelva a la vanguardia en investigación en materia prehistórica. Licenciado en Geología por la Universidad Complutense de Madrid en 1977 y Doctor por la de Zaragoza en 1983, Rodríguez Vidal ha sido profesor en las universidades de Zaragoza, Sevilla y Huelva, además de catedrático de Geodinámica en estas dos últimas desde 1992.
En concreto, el cometido del equipo que coordina este profesor se está centrando en el estudio del paleoambiente donde vivieron los últimos neandertales, principalmente en las cuevas de Gibraltar, lugar en el que se tienen las evidencias de los poblamientos finales, hace unos 30.000 años. Un proyecto denominado ‘Gibraltar Caves Project’, co-dirigido por el Museo de Gibraltar (Clive Finlason), la Universidad de Huelva (Joaquín Rodríguez Vidal) y el Museo del Puerto de Santa María (Francisco Giles), instituciones a las que habría que añadir otros miembros del CSIC y universidades españolas, así como equipos ingleses, alemanes, japoneses, franceses, etcétera. Como co-director del proyecto, su trabajo se centra “principalmente en estudiar el registro geológico reciente, que nos ayuda a interpretar el paleoambiente de este refugio de fauna cuaternaria y de los neandertales más tardíos del mundo”, nos explica el catedrático.

El resultado de los trabajos ha sido publicado en esta revista científica de prestigio internacional.
La elección de Gibraltar para este estudio no es casual, puesto que -como ha sido publicado en la revista Scientific Reports (de la familia Nature)– se está comparando el registro sedimentario de estas cuevas neandertales gibraltareñas con otras más antiguas de Atapuerca y más modernas de Priego de Córdoba. Es una colaboración de varios equipos con el fin de descifrar el registro de la contaminación por fuegos humanos en las cuevas y su incidencia primitiva en la salud de las distintas especies humanas (Antecesor, Neandertal y Humano Moderno).

El profesor explica que en las cuevas de Gibraltar se han hecho descubrimientos mundiales de primer orden.
Según explica a HBN Rodríguez Vidal, “en estas tres cuevas se han analizado la contaminación por metales pesados en los sedimentos arqueológicos. En las cuevas de Atapuerca la contaminación del suelo fue por murcielaguina (defecaciones de murciélagos), en las de Gibraltar fue por los fuegos y el humo de los hogares en las cuevas neandertales, y en la de Priego fue contaminación por plomo al utilizar el mineral de la galena para decoración y metalurgia”. Siendo así, se puede afirmar con rotundidad que “en las cuevas de Gibraltar se han hecho descubrimientos mundiales de primer orden, fundamentales para el mejor conocimiento de los humanos neandertales; desde el descubrimiento en 1848 de los primeros restos humanos hasta el más reciente del arte neandertal”, puntualiza Joaquín Rodríguez-Vidal.

Este equipo de científicos está revolucionando el conocimiento del mundo neandertal. / Foto: Excavaciones de la cueva de Vanguard, en los perfiles donde se estudió la contaminación.
Siendo así, este equipo de científicos está revolucionando el conocimiento del mundo neandertal. Entre otros descubrimientos y conclusiones, el catedrático destaca que “en estas cuevas se han descubierto las ocupaciones mundiales más recientes de neandertales; que consumían fauna costera y mamíferos marinos (como focas y delfines); que sabían cazar y consumían palomas salvajes de acantilados; que cazaban aves rapaces y cuervos exclusivamente para decorarse con sus plumas y, por último y más importante, que sabían tener pensamientos abstractos y expresarlos de forma gráfica sobre la roca, como son los grabados hallados este pasado año en la cueva de Gorham”.
El Gibraltar Caves Project nació en el año 2000, auspiciado por el Gobierno de Gibraltar, contando con otras fuentes de financiación de I+D+i españolas y proyectos europeos, además de la que aporta el propio equipo de investigación.
Los buenos resultados alcanzados por el momento por este equipo están permitiendo que exista un interés a nivel mundial por conocer estas cuevas, por lo que las excavaciones en Gibraltar continuarán sin fecha de finalización por el momento. Un éxito del equipo de Geomorfología Ambiental que dirige Joaquín Rodríguez-Vidal desde el departamento de Geodinámica y Paleontología de la Universidad de Huelva, siendo además co-director del proyecto y de las excavaciones en Gibraltar y de sus descubrimientos.
Con todo, el profesor nos avanza que no es el único proyecto en el que están inmerso, puesto que “desde que llegué a la Universidad de Sevilla en 1984 y empezó la de Huelva en 1993, mi equipo trabaja en la evolución reciente del litoral del Golfo de Cádiz, principalmente en la costa de Huelva, estudiando la interrelación entre dinámica del medio natural y el poblamiento humano. En este sentido, es muy importante el estudio de las evidencias de grandes maremotos pasados, como el que sucedió en 1755, conocido como Terremoto de Lisboa. Ahora también trabajamos en los registros geológicos de los tsunamis antiguos”.
Por ello, este catedrático tiene claro que debemos tener en cuenta que “las Ciencias de la Tierra tienen herramientas muy importantes para conocer el pasado y, entendiéndolo, comprenderemos mejor el presente y los cambios futuros como, por ejemplo, el cambio climático y sus efectos”. Una idea, sin duda, para la reflexión.